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Feministas exigen justicia en la UAM y veto para agresores

Justicia para Sam: el grito que sacude a la UAM

Ciudad de México.– Con el corazón en alto y la voz firme, el colectivo feminista Libres y Combativas tomó este martes la explanada del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México. La causa: exigir justicia para Sam, extrabajadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quien denunció haber sido víctima de violencia sexual por parte del excontralor José “N.”, hoy vinculado a proceso por delito sexual agravado.

No están solas. Estudiantes, académicas y organizaciones solidarias acompañan cada jornada de activismo con carteles, pañuelos morados y un mensaje claro: “Ninguna agresión sin respuesta”. Porque el caso de Sam, dicen, refleja una realidad que se ha normalizado en las universidades públicas: la impunidad.

La denuncia de Sam no solo fue ignorada durante meses; ella terminó despedida, mientras su agresor permanecía protegido por la estructura institucional. “No puede ser que quienes alzan la voz pierdan su trabajo y quienes abusan sigan en puestos de poder”, denunció una vocera del colectivo.

Desde la sede judicial, Libres y Combativas, junto con otras colectivas feministas, este día saldrán a la calle para exigir una vez más la destitución inmediata del agresor, así como un veto total para que no vuelva a ocupar cargos públicos. También llamaran a la UAM a frenar los despidos de personas que denuncian violencia de género y a reparar el daño institucional.

Como solución, las activistas propusieron la creación de un registro nacional de agresores en instituciones públicas, reformas a las leyes universitarias que protejan a denunciantes, y la instalación de una Defensoría Universitaria autónoma y con perspectiva de género. Además, insisten en la necesidad de capacitar al personal directivo y jurídico de las universidades para erradicar prácticas misóginas.

El caso de Sam no ha terminado. Pero hoy, su historia ya no está sola. Va acompañada del eco de cientos de voces que, con fuerza y ternura, gritan: “Ya basta de proteger agresores. Justicia para todas”.

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