
Caen billetes del cielo…la nueva estrategia ecuatoriana contra el crimen
Durán, la ciudad ecuatoriana donde los disparos suenan más que los motores, amaneció este viernes bajo una lluvia inusual: no fueron balas ni granizo, sino billetes falsos los que cayeron desde un helicóptero militar. Parecían dólares auténticos de 100, pero al tocarlos revelaban su verdadera intención: no comprar nada, sino provocar algo. Denuncias.
Los papeles traían impreso, en rojo y sin rodeos, el mensaje “Recompensas por información” y el número 131. Una línea directa con el Estado. En plena vía pública, entre puestos callejeros y vehículos detenidos por curiosidad, varios transeúntes se abalanzaron para recogerlos, atraídos al principio por el reflejo del dinero. El fotógrafo de la AFP fue testigo del instante en que la esperanza de un golpe de suerte se convertía en parte de una campaña de inteligencia.
Desde el aire, drones de la fuerza pública replicaban la consigna con altoparlantes: denunciar es colaborar. El Ministerio de Defensa confirmó que se trata de una acción oficial para romper el silencio que protege a las bandas criminales que operan en esta ciudad vecina de Guayaquil, uno de los puntos neurálgicos del narcotráfico en América del Sur.
La estrategia no es simbólica: las recompensas reales pueden alcanzar hasta cinco millones de dólares, dependiendo del calibre de la información proporcionada. Así lo aseguró un mando militar, cubierto del rostro y sin identificarse, en un país donde revelar nombres puede costar la vida.
La violencia que consume a Ecuador no es un fenómeno aislado ni repentino. Hasta hace unos años, el país era visto como una isla de paz entre Colombia y Perú. Hoy, con una tasa de 38 homicidios por cada 100 mil habitantes, ha alcanzado cifras que lo colocan como el más violento de la región. El plan de recompensas, iniciado en 2023 con respaldo del Departamento de Defensa de Estados Unidos, busca revertir esta tendencia desde la base: la información ciudadana.
En Durán, donde la cotidianeidad se mezcla con la amenaza, el helicóptero no arrojó salvación, pero sí una provocación: ¿quién se atreve a hablar? ¿Quién se atreve a cobrar?

Animalista con debilidad por los tacos. CM, periodista, diseñadora de textos y tejedora de sueños desde mi universo #TDAH
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