Morir con dignidad: Reino Unido da el primer paso hacia la legalización de la muerte asistida

Entre pancartas que exigían libertad y otras que advertían sobre una pendiente resbaladiza, Reino Unido vivió el 20 de junio una jornada histórica. La Cámara de los Comunes aprobó por 314 votos contra 291 un proyecto de ley que legaliza la muerte asistida para personas con enfermedades terminales a las que les queden menos de seis meses de vida. El debate, cargado de testimonios personales y posturas éticas encontradas, marca un giro trascendental en la política británica.

El proyecto establece que el paciente deberá administrarse por sí mismo los medicamentos, con aval de dos médicos y un panel especializado. El paso siguiente será su análisis en la Cámara de los Lores, en donde deberá ser ratificado antes del fin del año parlamentario. 

Si se aprueba, el Reino Unido se uniría a países como Bélgica y Países Bajos, donde el derecho a morir con dignidad es una opción legal.

Los argumentos a favor se centraron en la compasión. “Mantener el statu quo solo nos deja más historias de dolor y viajes solitarios a Suiza”, dijo la diputada laborista Kim Leadbeater. Del otro lado, voces como la de la doctora Elizabeth Burden alertaron que esto podría abrir la puerta a una desprotección para personas vulnerables, como adultos mayores con demencia.

La sociedad británica parece tenerlo más claro que su Parlamento: el 73% de la población apoya la legalización, según una encuesta de YouGov. Sin embargo, el gobierno, encabezado por Keir Starmer, mantiene posturas divididas. Mientras tanto, activistas como David Walker, de 82 años, recuerdan que hay quienes sufren tanto, que la muerte no es una tragedia, sino una elección que debe respetarse.

Lo que sigue:

La Cámara de los Lores tiene ahora la palabra. De aprobarse, el proceso legislativo contempla una implementación en 2029. En un país donde hoy la muerte asistida aún se castiga con hasta 14 años de prisión, esta discusión ya abrió un nuevo horizonte de derechos.