Pueblos originarios e indígenas residentes ya tienen voz formal en el gobierno

CDMX hace historia: nace el primer Consejo representativo de pueblos originarios e indígenas residentes

En una ciudad que respira diversidad, la institucionalización de los pueblos y comunidades indígenas da un paso fundamental. Luego de ocho años de espera, se formalizó la integración del Consejo Consultivo y de Gobierno de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes de la Ciudad de México, un órgano que representa una victoria colectiva en la búsqueda de justicia y reconocimiento.

La capital del país es hogar de una riqueza pluriétnica y pluricultural que muchas veces ha sido invisibilizada. Hoy, esa diversidad encuentra por fin una vía institucional de participación. Más de 100 personas, representantes de los 16 territorios de la ciudad, conforman este Consejo con paridad de género y equidad entre pueblos originarios y comunidades indígenas migrantes.

Este logro está sustentado en la Constitución de la CDMX (2017) y en la Ley de Derechos de los Pueblos Indígenas (2019), pero no fue sino hasta la publicación de acuerdos oficiales en febrero y junio de 2025 que se concretó la implementación del Consejo.

Entre sus funciones destacan la evaluación de políticas públicas, propuestas legislativas, vigilancia presupuestal, y la participación en consultas previas. Un ejercicio de gobernanza indígena que fortalece el tejido democrático de la ciudad.

El camino no ha sido sencillo. Persisten desafíos como la continuidad del órgano, su autonomía presupuestaria y el respeto pleno a los sistemas normativos propios de cada comunidad. Pero su creación abre un horizonte de reparación histórica y reconocimiento institucional.

La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México celebró este avance y reiteró su compromiso para acompañar el proceso, convencida de que la dignidad colectiva se construye con instituciones que escuchen y reconozcan.

Porque sin justicia para los pueblos indígenas, no hay justicia completa. Y hoy, esa justicia comenzó a escribirse con voz propia.