Un kit para no desaparecer: la herramienta ciudadana que revela el abandono del Estado

En un país donde más de 125 mil personas están desaparecidas, cada acción preventiva cuenta. Pero cuando esa prevención recae en mechones de cabello, huellas digitales, saliva en un frasco y una camiseta usada, el mensaje es brutal: en México, cuidar la vida también implica prever la muerte.

El “kit por si desaparezco” —también conocido como kit forense ciudadano— ha sido impulsado por la activista y bióloga de la UNAM Becky Bios. La propuesta busca ayudar a familias a recolectar datos y muestras que permitan una rápida identificación en caso de desaparición: hisopado bucal, uñas, ropa con olor, fotografías, huellas dactilares, un odontograma y un listado con señas particulares.

La iniciativa, que ha ganado fuerza en redes sociales y círculos feministas, ha sido replicada con guías como las de “La Prota Feminista” o colectivas como Nos Queremos Vivas Neza. Aplauden su valor como herramienta de prevención y empoderamiento, especialmente para mujeres, niñas y adolescentes, quienes conforman un porcentaje alarmante del total de desapariciones.

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Pero no todas las voces aplauden. Colectivos de búsqueda como la Unión Nacional de Familias han advertido que este tipo de iniciativas pueden “descargar la responsabilidad del Estado sobre las familias”, y envían un mensaje peligroso: que prevenir una desaparición o facilitar una identificación es ahora tarea ciudadana, no institucional.

El kit aparece en un contexto estremecedor. Tan solo en 2024, México registró más de 13 mil denuncias por desaparición. Y mientras el Estado mexicano elimina o minimiza bases de datos, como ocurrió con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, la gente busca cómo proteger a los suyos con un frasco, un cabello y una copia de su CURP.

Aunque el kit no sustituye las acciones de búsqueda ni el deber de la Fiscalía o el Sistema Nacional de Búsqueda, sí deja claro un hecho contundente: la sociedad mexicana está haciendo sola lo que el Estado no ha querido o no ha podido garantizar.

“Esto no se trata de vivir con miedo, sino de resistir desde el cuidado”, han dicho sus creadoras. Pero cuando cuidar implica etiquetar tus huellas por si alguien debe buscarte, el país entero necesita mirar ese frasco con más atención.